sábado, 20 de noviembre de 2010

"Pastusos brutos, de la 27 no dejaré piedra sobre piedra" -Eduardo Alvarado-

San Juan de Pasto, noviembre de 2010

Palabras de un viejo abuelo.

Yo se los dije, les dije que aunque visiten los barrios y les den la mano a todos sin menosprecio y fingiendo cariño, al llegar al poder se olvidan de todo; entonces pasan en sus carros negros, entre caravanas de hombres armados que no hablan, y que entre la sospecha y el desprecio miran y revisan todo de lado a lado. Yo les dije; les dije que repetir que “más vale malo conocido que bueno por conocer” no trae nada bueno; que eso sólo sirve para que a uno le den más de lo mismo. Hasta pecado debe ser no recordar, no saber que el pasado cuenta y habla de lo que en él se hizo.

Yo le dije; le dije: mijo, no “vote” por ahí la historia de Pasto, que es lo único que nos queda de esos años en que las casas se hacían de barro y con pequeñas ventanas, y cuando en las calles se veían esparcidas las piedras que lanzaba el gran volcán.

Yo le dije: mijo, vuelvo y le repito que esa casita no hay que tumbarla, porque esa calle sigue viva, en ella laten por dentro los corazones de cientos de años y cientos y cientos de personas con sus historias y sus ojos contando los años. En mis tiempos por ahí no había muchas casas; eso lo recuerdo desde chiquito. Yo salía a pasear con mis hermanos y tenía donde jugar y soñar un poco bajo el movimiento de las nubes.

Esa humilde casita tiene toda una historia; es la portadora de años y años. Ella ha visto crecer a los hombres de la ciudad, ha sido testigo de sus triunfos y derrotas. Esa casita que algunos tildan de fea e inservible es la única que da fe de todos nuestros años. Mas, de igual manera que lo dijo el “Libertador”, “no quedara piedra sobre piedra” de esa casita. Una maquina le devorará la historia; un hombre la borrará del camino; una ciudad entera olvidará su presencia y llenará su calle con nuevas construcciones. El pasado se olvida y los patrimonios se quiebran en ruinas.

Yo le dije, le dije: mijo, no “vote” por ahí la historia de Pasto… que esa casita es el patrimonio y la historia de todos, que muchos nacieron en ella, que sus muros hablan y cuentan tradiciones. Yo le dije: mijo, ahora no montan caballo blanco, pero igualmente humillan y destruyen tantas y tantas cosas, incluso las dignas de conservarse.

Cuando se vaya la casita y con ella un trozo de la historia, ¡que yo no esté para contarlo!




1 comentario:

  1. Si que tristeza ver el centro asi de destruido :( Y es que no aprendemos

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